La ganadería de toros de lidia es fundamental no solo por su relevancia cultural y tradicional en España, sino también por su impacto económico y ambiental. Mantener estas reses bravas garantiza la preservación de ecosistemas extensos, ya que pastan en dehesas y terrenos naturales, contribuyendo a la biodiversidad y al equilibrio de la flora y fauna locales. Además, esta ganadería sostiene una industria turística y gastronómica vinculada a la tauromaquia y a productos derivados, al mismo tiempo que conserva prácticas ancestrales de cría selectiva, fortaleciendo la identidad cultural y el patrimonio rural español.